España va mejor porque
viene de peor
La primero es el
efecto rebote, cuanto más fuerte cae la pelota, más se levanta tras tocar
suelo. En economía, el "modelo de arranque" del monetarista Milton
Friedman. A mayor desplome, repunte más veloz. O sea, el tamaño de la recesión
predice la tasa de crecimiento en la reactivación, sin que influyan las
políticas económicas aplicadas.
Los bálticos (con Grecia) fueron las peores víctimas de la
crisis. El PIB de Letonia se desplomó un 14,2% en 2009 —el triple que el 4,4%
de la UE—, aunque se recuperó en el cuatrienio 2011-2014, a razón de un alza
media anual del 4,1%. Algo parecido pasó con Estonia.
España cayó casi un 9%, en dos fases: la crisis de 2008/10 y
la vuelta de tuerca de 2011/13. La reactivación empezó lenta (+1,4% en 2014)
pero se acelera en 2015 (en torno al 3,2%) y el Gobierno prevé un 3% en 2016.
También se produce un específico rebote amplificador para
España en cada uno de los vientos de cola exteriores causantes del grueso de la
reactivación. Así que en nuestro caso se convierten en vientos huracanados a
favor.
El derrumbe del precio del petróleo nos beneficia (mientras
dure) mucho más porque nuestra estructura energética es peor. Dependemos en
energía del exterior un 70,5%, por un 53,2% la media europea. Dependemos más
del petróleo que viene de fuera (97%) que la media (87%). Y el petróleo supone
el 42,2% de nuestro consumo energético, por el 33% de la UE o el 29,7% de
Francia (Eurostat). Si compramos más petróleo que la media y consumimos ese
carburante más que los demás, el descenso de su precio nos beneficia más que al
resto.
También nuestra mayor deuda externa se beneficia más del
tipo de interés del euro casi cero del BCE: la deuda neta externa española es
del 94,7% del PIB (Italia el 61,1%, Francia el 38,1%; datos para 2014). Mucha
más deuda se refinancia a tipos mucho más baratos: rebajamos más que otros la
factura de intereses.
Otro tanto ocurre con las exportaciones fuera de la UE.
Nuestro nivel era ínfimo, pero ha ido creciendo hasta el 5,2% del total europeo
(la mitad que las francesas, 10,2%, o italianas, 10,6% y un sexto de las
alemanas, 28%). En el septenio 2008 a 2014 algunos destinos crecieron a ritmo
vertiginoso: nuestras ventas a EE UU aumentaron un 43%. O sea que el
abaratamiento del tipo de cambio euro / dólar —la política de euro barato del BCE—
seguirá beneficiando, en proporción, más a quien aumenta a mayor ritmo su
presencia en los mercados exteriores que antes apenas hollaba.
Camelia Pinca
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