La OPEP sigue dándole vueltas a su estrategia. A pesar de
haber logrado que los precios del crudo se hayan desplomado un 70% desde
máximos de 2014, la industria del fracking está aguantando más de lo esperado.
Tanto es así, que los miembros del cártel han asegurado que no saben si podrán
coexistir con la industria del shale oil.
Según la Agencia Internacional de la Energía, el petróleo,
producto del fracking estadounidense, caerá en unos 600.000 barriles diarios
durante este año y unos 200.000 barriles al día durante 2017. Sin embargo, a
partir de entonces comenzará la recuperación de esta industria que volverá a
ocupar una cuota relevante dentro del mercado de petróleo.
Son muchos los factores que están ayudando a que el fracking
resista las embestidas de los precios del crudo, unos factores con los que
quizá no había contado la OPEP y que podrían haber truncado su estrategia
inicial, que no era otra que expulsar a estos productores del mercado hundiendo
los precios del crudo.
Sin embargo, la enorme flexibilidad del mercado laboral en
EEUU y los vastos canales de financiación de la mayor economía del mundo, han
permitido a esta industria realizar los ajustes necesarios para sobrevivir. Por
si esto fuera poco, la tecnología avanza y cada día resulta más barato extraer
petróleo a las perforadoras estadounidenses.
Todas las plataformas que se han ido cerrando tienen unas
características específicas y unos costes derivados de varios factores, como la
dificultad para extraer el petróleo o la calidad del mismo. A medida que los precios
vayan subiendo algunas de estas plataformas podrían recuperar su actividad y
volver a bombear petróleo.
En mi opinión el fracking es un método de extracción de petróleo y de
gas que va en contra del medio ambiente ya que su función es cortar la tierra
hasta encontrar las bolsas sin importarles el ecosistema y pudiendo contaminar
acuíferos que pasen cerca.
Lucía Brun Goni, 1º BSA.
Fuente de la noticia:
Eleconomista.es
23/02/16
23/02/16
No hay comentarios:
Publicar un comentario