La moneda de Rusia sigue en caída libre y, con las pérdidas
de hoy (16-12-2014), ya se deprecia cerca de un 80% con respecto al euro en el
año, cifra que supera el 90% si la comparación se hace con el dólar
estadounidense.
¿Cuáles
son las razones de este hundimiento?
La principal
es la fuerte caída del petróleo, que en el caso del Brent, de
referencia en Europa, está ya por debajo de los 60 dólares. La economía rusa
está muy ligada al oro negro, y ayer la gobernadora del Banco Central Ruso,
Elvira Nabiullina, ya advirtió de que, en caso de que el crudo se mantenga en
estos niveles, el Producto Interior Bruto (PIB) del país podría llegar a
contraerse hasta un 4,5%. Esta previsión desató las ventas masivas "en un
contexto de incertidumbre como el actual, donde la correlación entre mercados
vuelve a aumentar", apunta José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi
en España. "Y el caso del precio del crudo y el rublo/Bolsa rusa, es un
buen ejemplo", añade el analista para explicar la caída conjunta y
retroalimentada de Bolsa y divisa.
¿Qué ha hecho el Banco Central de Rusia
para tratar de frenar la sangría?
Subir los tipos de interés en 6,5
puntos, esto es, del 10,5% al 17%, en una sola jornada. Sin embargo, y a pesar
de lo agresivo de la decisión, Nabiullina sólo ha conseguido contener la caída
por unas horas con una medida que ha repetido en varias ocasiones durante el
presente año. Así, cuando comenzó 2014 los tipos rusos estaban en el 5,5%,
llegaron al 8% en septiembre y hoy ya doblan esta cifra.
¿Se va a prolongar esta situación?
"Nuestros analistas expertos en
materias primas han fijado un precio objetivo para el petróleo durante los
próximos 12 meses de unos 70 dólares; tan pronto como el precio del crudo se
estabilice, el rublo se apreciará frente al dólar y el euro", asegura
Markus Allenspach, de Julius Baer, en una opinión que es compartida por buena
parte del mercado. Por lo tanto, el problema, más que cuándo se recuperará el
rublo, son las posibles consecuencias para la economía rusa hasta que llegue
ese momento.
¿Cuáles pueden ser esas consecuencias?
El peor, un
posible default o impago. El interés ofrecido por el bono ruso a 10 años en el
mercado secundario supera ya el 15% y además, y tal vez más importante, se ha
invertido la curva de tipos. Esto supone que el mercado exige más interés por
las referencias a corto plazo que por las de largo plazo, cuando lo normal es
que suceda justo lo contrario. Este tipo de fenómenos es muy poco habitual y se
observa en economías que atraviesan graves problemas o que despiertan serias
dudas. Otro país en el que se ha producido recientemente esta situación es Grecia,
en donde la curva se invirtió después de la convocatoria de elecciones
presidenciales anticipadas y ante la posibilidad de que Syriza acabe llegando
al poder.
JOSÉ ANDRÉS PÉREZ PORTOLÉS 1ºBSA
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