Las decisiones tomadas en las reuniones que se celebran en esta cumbre ocuparán el lugar del actual protocolo de Kioto, y como dato positivo cabe destacar que el número de países asistentes ha sido mayor que en anteriores reuniones. Lo más sorprendente ha sido la alta participación de China, país que tradicionalmente ha tratado de evitar las cumbres climáticas.
Los problemas a tratar son los mismos de siempre. La sociedad consumista en la que vivimos supone una amenaza al explotar a un ritmo alarmante los recursos del planeta, desde la madera y las aguas hasta los yacimientos de minerales. Este proceso de explotación incesante y acelerada deja a su paso un rastro de contaminación con el que cada vez es más difícil lidiar, haciendo este mundo un lugar cada vez menos habitable. A la propia contaminación de los espacios naturales debemos añadirle la contaminación del aire, el aumento del calentamiento global y el constante peligro que supone la cada vez más cercana aparición de un agujero en la capa de ozono.
Los estados se han reunido en esta cumbre para tratar de solucionar estos problemas medioambientales entre otros, pero los obstáculos que aparecen para llevar a cabo una política ecológica común que sea eficaz y viable son también los mismos de siempre.
Si bien los países desarrollados son capaces de modificar sus economías para acercar su desarrollo a uno sostenible, este no es el caso de las economías emergentes, países tradicionalmente pobres que están viviendo un desarrollo económico con el que pretenden salir de su situación.
El problema de estos estados en vías de desarrollo es que no pueden adaptar sus economías a modificaciones con fines ecológicos, ya que para poder emprender un desarrollo rápido y efectivo que les permita alcanzar los niveles de vida de los países desarrollados, deben contaminar abundantemente, puesto que no tienen tantas opciones a la hora de escoger que producir y cómo hacerlo como les gustaría. Muchas veces se ven obligados a emplear materiales muy contaminantes en la industria como algunos tipos de carbón de baja calidad y se ven incapaces de deshacerse de sus residuos de forma ecológica, contaminando así el medio.
En esta cumbre el número de estos países se ha reducido, y el mayor de todos ellos, China, ha dejado de ser visto por la comunidad internacional como un país en vías de desarrollo para ser contemplado como un país desarrollado, por lo que ahora los demás estados serán menos permisivos con la contaminación en China.
Se espera que en esta cumbre se llegue a un acuerdo con el cual se ayude a los países subdesarrollados a ser capaces de sostener un desarrollo industrial a la par que uno ecológico y sostenible.
Personalmente opino que ya era hora de llevar a cabo una nueva cumbre climática, ya que las normas anteriores no se ajustaban del todo a la situación actual. Espero que se consiga que las diferencias económicas no supongan un problema para el clima, o que por lo menos los asistentes hagan todo lo posible por hacer que así sea.
Juan de Sus Pallarés
1ºBSC
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