El
déficit público del año 2015, que se situó en el 5% del PIB según los últimos
datos comunicados por el ministro de Hacienda en funciones, no se debió en
exclusiva a los agujeros de las comunidades autónomas y de la Seguridad Social.
La
recaudación en el Impuesto de Sociedades, que abonan las empresas en base a sus
beneficios, aumentó un 10,6% respecto al año anterior, pero se desvió en 2.928
millones respecto a la cantidad que había presupuestado el ministerio, de
23.500 millones. Si la cantidad recaudada en Sociedades hubiese sido similar a
la presupuestada, el déficit público podría haberse situado en la órbita del
4,7%, una cifra mucho más asumible para las instituciones europeas.
Ese
descuadre es el más evidente entre los impuestos que más llenan las arcas
públicas. Hacienda también incumplió las previsiones sobre IRPF e Impuestos
Especiales, pero en este caso los desvíos fueron sustancialmente inferiores.
Respecto al IVA, la recaudación fue incluso superior a la presupuestada, lo que
demuestra cómo impactó el tirón de la demanda interna en la evolución del PIB,
que acabó firmando un aumento del 3,2% en el conjunto del año.
En mi opinión, creo que no deberían precipitarse a la hora de dar este tipo de datos, ya que, posteriormente se generan irregularidades, lo que conlleva a generar desconfianza en las operaciones del ministerio de hacienda.
Óscar Blasco Valero
1º BSA
No hay comentarios:
Publicar un comentario