La banca española se ve abocada a
cerrar oficinas ante la caída del negocio en las sucursales por el mayor uso
del móvil y las tecnologías por parte de los clientes, considerada la vía más
rápida de ahorrar costes, ganar eficiencia y encarar el incremento de las
exigencias regulatorias, según los expertos.
Las entidades de toda Europa son
conscientes del coste de mantener abierta una extensa red de oficinas, con sus
respectivos empleados, en momentos de debilidad para el negocio bancario, con
los tipos de interés en mínimos y mayores requisitos de solvencia.
Esta realidad llega en un momento
en el que la tecnología ha facilitado que los clientes sean capaces de hacer
por sí solos, mediante una aplicación móvil o con la mera asistencia de un
asesor telefónico, operaciones por las que antes acudían a las sucursales.
Además, las entidades han
desplegado en los últimos años cajeros automáticos cada vez más sofisticados
que permiten llevar a cabo una mayor variedad de transacciones y alivian la
tradicional carga de trabajo que tenían los empleados de las sucursales, ahora
más centrados en labores de asesoramiento.
Teniendo en cuenta todo esto y la
mayor densidad de oficinas bancarias en España, a pesar de las fusiones de los
últimos años y la desaparición de varias de las antiguas cajas, la previsión es
que haya progresivamente más cierres de oficinas y despidos.
Santander, ha sido uno de los
primeros en anunciar a los sindicatos el cierre de unas 450 sucursales en
España y un ajuste de plantilla de hasta 1.200 empleados, y ahora queda por ver
si el resto de gigantes del sector harán lo propio pues todos se están viendo
en esta grave situación.
Bajo mi punto de vista, sí que es
cierto que las nuevas tecnologías y en concreto los teléfonos móviles nos están
facilitando a día de hoy muchas de las actividades bancarias que antes se
hacían yendo a las oficinas bancarias, sin embargo, lo que a nosotros nos puede
parecer beneficioso, a todas las personas que te atendían cuando acudías a un
banco no, porque como la gente ya no va a las oficinas a sacar dinero por
ejemplo, ya no se necesitan tantos empleados y estos son despedidos.
Lucía Brun Goni. 1º BSA
Eleconomista.es, 10/04/2016
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