EUROPA SE QUEDA ATRÁS
Durante el tercer trimestre el crecimiento europeo ha sufrido una ralentización, poco acusada, pero significativa. El PIB de la UE creció el 0,3% respecto al trimestre anterior, una décima menos que en el segundo. Si se enfoca la mirada sobre la eurozona, el crecimiento mejora ligeramente. Pero Fráncfort y Bruselas saben muy bien que esta tasa no resuelve los problemas de riqueza y empleo de la zona. Lo más probable es que el Banco Central Europeo mantenga intacto el cuadro de estímulos monetarios, porque los precios siguen mostrando una debilidad persistente.
Un diagnóstico al uso consistiría en recordar que la situación global ha empeorado, que China está atravesando por dificultades, que el comercio mundial se contrae y que los países emergentes afrontan serios ajustes. Pero nada de esto aclara la situación de fondo de la economía europea. Antes de la contracción china el crecimiento continental ya mostraba niveles bajos, equivalentes en la práctica a un mal disimulado estancamiento; antes de la caída de los emergentes de la eurozona presentaba una recuperación muy débil.
No son solo los factores externos los que impiden el despegue europeo. La falta de expectativas de las economías tiene que ver con políticas de austeridad que han tenido un efecto disuasorio potente sobre la inversión y el consumo. Una austeridad total en la eurozona tiene como consecuencia fundamental que ningún país está en condiciones de impulsar el crecimiento conjunto.
Si las autoridades miraran un poco más allá del próximo trimestre caerían en la cuenta de que la economía de la eurozona ya no se puede sostener solo con política monetaria. El BCE tiene que seguir comprando activos y asegurando unos bajos tipos de interés; pero, a pesar de eso, Europa le esperan frenazos y una ampliación notable de la brecha de crecimiento con EEUU, si no hace algo más.
En cuanto a la economía española, exhibe la mayor tasa de crecimiento de la UE (junto con Eslovaquia, Rumanía y Polonia), pero el consuelo es parcial, lo que cuenta es la distancia respecto a la situación precrisis. Mientras otras economías han recuperado ya los niveles de prosperidad de 2007, España está a mitad de camino.
OPINIÓN PERSONAL: En mi opinión, aun hay que realizar muchos cambios tanto en España como en el resto del mundo para volver a la economía de hace ya varios años, hasta entonces, hay que seguir trabajando por mejorar.
FUENTE: Periódico EL PAIS
JAVIER SANZ LECHA 1ºBSA
24/11/2'015
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