El
aeropuerto de Teruel, antigua base del Ejército del Aire, presume de
espacio de estacionamiento al aire libre, tiene ahora mismo capacidad
para 80 aparatos.
Si
a Lleida-Alguaire, León o Castellón se les ha criticado en los
últimos tiempos su uso ridículo debido a la falta de viajeros, el
caso de Teruel es todo lo contrario: su triunfo es precisamente que
fue diseñado para ser usado sólo por aviones; no pasajeros.
Pero
con cerca de 50 aeronaves en fase de mantenimiento ocupando ya el
cemento turolense, la avalancha de cerca de una cuarta parte de la
flota total de Transaero, que incluye aviones tan grandes como el
Boeing B747, ha dejado sus instalaciones al límite de su capacidad.
El
aeropuerto de Teruel ha vivido durante la última semana los que
quizá han sido sus días más ajetreados. La aerolínea rusa
Transaero ha ido llenando sus instalaciones de estacionamiento con
buena parte de su flota (unas dos docenas de aeronaves).
La
llegada de aviones de Transaero, que tiene una deuda cercana a los
3.600 millones de euros y que desde el pasado 1 de octubre había
dejado de vender billetes, se ha producido justo a tiempo para evitar
el cerrojazo de la administración de aviación rusa.
Porque
a las 00.01 horas de este lunes, hora de Moscú, el Gobierno ruso
anulaba el certificado de explotación de la compañía y obligaba a
todos sus aviones a permanecer en tierra.
La
llegada de la flota de Transaero, que ha podido ser seguida en
directo mediante el servicio Flightradar24, y que ha despertado la
expectación de numerosos vecinos de Teruel, no
debería sin embargo ser definitiva. Se espera que los aviones
permanezcan en almacenamiento sólo hasta que una nueva compañía se
decida a operarlos.
No
se esperan sin embargo problemas a corto plazo, ya está en marcha
una ampliación que permitirá dar cabida a más aparatos a partir de
2016.
Ana Tena Badal 1ºBSC
26-10-2015 elEconomista.es
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