jueves, 4 de junio de 2015

La economía de España crece, pero los ciudadanos no sienten la recuperación

Tras un año desempleado, César Mahiques tuvo la suert

e de conseguir un empleo como gerente de una fábrica en Alcora (Valencia) esta ciudad conocida por la manufactura de baldosas de cerámica.
El problema: su sueldo era 50% más bajo que en su empleo anterior. La mitad de sus ingresos son destinados a pagar deudas, lo que puso fin a su estilo de vida de clase media. El año pasado debió cancelar las vacaciones familiares para poder reparar su coche.
Las exportaciones de baldosas de la fábrica están en pleno auge, dice. Pero "llego muy justo a fin de mes", agrega.
Los sentimientos encontrados de Mahiques pueden ser representativos de los de España, en momentos en que el país sale con esfuerzo de la recesión más larga de la posguerra en Europa. Los exportadores españoles están ganando participación de mercado dentro de Europa y más allá. Pero la forma en que lo están haciendo es reduciendo sus costos y vendiendo a un precio menor. Y las consecuencias de esto son salarios más bajos para los trabajadores españoles, lo que les hace más difícil escapar de las pesadas deudas que fueron las raíces de la crisis.
A las autoridades europeas les gusta promover el regreso de España a la senda del crecimiento como una historia de éxito, pero muchos españoles dicen que no sienten la recuperación. La economía ha estado creciendo durante siete trimestres consecutivos, con una expansión de 2,7% en el año que terminó en marzo. Sin embargo, la tasa de desempleo es de casi 24% y una reciente encuesta de la Unión Europea descubrió que 97% de los españoles aún consideran que la situación económica es "mala". Más de 40% de los españoles encuestados por el estado el año pasado dijeron que no tenían ahorros en efectivo para hacer frente a algún imprevisto y que no podían pagar unas vacaciones de una semana.
Otros países de la periferia de la zona euro también tienen problemas para sostener sus recuperaciones y superar una de sus mayores debilidades, una desventaja competitiva frente a economías más eficientes.
Portugal e Irlanda, como España, han atravesado años de un doloroso ajuste de cinturón que ha ayudado a convertir crecientes déficits de cuenta corriente en modestos superávits. Pero a medida que las tres economías repuntan, su consumo creciente de bienes importados las hace correr el riesgo de que sus balances vuelvan a territorio negativo y están sumando grandes cantidades de deuda extranjera, dijo Zsolt Darvas, un investigador sénior de Bruegel, un centro de estudios independiente con sede en Bruselas.
Países como Francia e Italia afrontan problemas de costos laborales, menor consumo, burocracia o falta de innovación.

La economía española, sumando los sectores privado y público, tiene uno de los mayores niveles de deuda del mundo, casi tres veces la producción económica anual del país. Más de la mitad del pasivo es adeudado a acreedores extranjeros, por lo que el país se vuelve vulnerable a la volatilidad de los mercados financieros internacionales.
Los temores de que la recuperación en toda la zona euro pudiera quedar estancada por un período sostenido de precios decrecientes llevaron al Banco Central Europeo (BCE) a intervenir en marzo, al imprimir dinero para comprar activos como bonos gubernamentales. Los precios al consumidor en el bloque de 19 países habían caído 0,1% en el año previo, incluido un descenso de 0,7% en España.

La crisis después de 2008 golpeó duro a la región. De las 207 fábricas de baldosas, 56 cerraron, según ASCER, un grupo comercial. Se perdieron más de 12.000 empleos, 47% del total. El desempleo en Castellón, que se acercaba al 6% antes de la crisis, llegó a 31% hace dos años. Ahora es de 26%.
Mahiques, un ingeniero industrial, trabaja en el sector desde los años 90. A lo largo de 16 años, su salario creció más de cinco veces. Compró un auto mejor y viajaba a destinos lejanos de vacaciones. En 2007, obtuvo una segunda hipoteca para comprar una casa más grande y vender la que tenía. "Nos dejamos llevar por esa vorágine", dice el español de 46 años.
Cuando el mercado inmobiliario se derrumbó, vender la casa se volvió imposible. En 2012, Mahiques perdió su empleo. Ahora, es gerente de otra fábrica de baldosas con un sueldo mensual de 2.000 euros frente a los 4.000 que ganaba antes. Salir a comer afuera se volvió una rareza.
"Pasas de una forma de vida cómoda, estable donde te puedes permitir comprar algo de ropa aunque no la necesites, te puedes permitir salir de vez en cuando con la familia....", señala. "Todo eso desaparece. Los ingresos vienen justos para cubrir los gastos, nada más"


Opinión Personal

Me ha parecido curioso este artículo ya que es representativo con mas del 90% de Españoles asalariados que, al igual que todos, son y serán siempre los últimos en notar la mejora económica. Es curioso que aun haya muchísima gente que opine que España todavía esta mal, esto no es una opinión errónea desde su punto de vista, al contrario, porque si los ciudadanos (considerados la base de un estado y los elementos básicos e imprescindibles de su economía) no notan el crecimiento económico es difícil que creen a un señor que sale cada dos por tres por la tele y quien siempre dice lo mismo"España esta saliendo de la crisis!; El crecimiento económico es del ....." y así decidan invertir y gastar más cuando casi no llegan a fin de mes.

Oskar Modzelewski 1ºBSA

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