Las dificultades económicas y burocráticas que suponen contratar a cuidadores de ancianos o niños y el hecho de que suelan ser familiares o conocidos los que asumen esta tarea hace que más de un millón de las personas que realizan este trabajo formen parte de la economía sumergida española. Así se desprende del informe de The Family Watch, 'El valor del cuidado en el hogar: reflexiones sobre la necesidad de conciliación entre trabajo y familia y la atención a la infancia', presentado este lunes con motivo del Día Mundial de los Padres y de las Madres. El informe alerta de las graves consecuencias de la falta de políticas que favorezcan la "verdadera conciliación trabajo-familia" El trabajo alerta de las graves consecuencias de la falta de políticas que favorezcan la "verdadera conciliación trabajo-familia" y la corresponsabilidad de los progenitores y que hacen imposible que se mejoren las "preocupantes" cifras de natalidad en España, tal y como ha explicado la directora general de The Family Watch, María José Olesti. Así, destaca cómo el acceso de la mujer al mercado laboral y los horarios de trabajo obligan a las familias a recurrir, cada vez con más frecuencia, a terceras personas para el cuidado de los niños y de las personas mayores. Sin embargo, tal y como ha subrayado la directora académica del proyecto e investigadora de la Universidad Internacional de Catalunya, Remei Agulles, una gran parte de las personas que se contratan para estas tareas "no están dentro de la economía formal".
Medidas contra la economía sumergida
En este sentido, el presidente de la Asociación Española de Servicios a la Persona (AESP), Javier Benavente, ha denunciado que en España hay más de un millón de personas que trabajan en la economía sumergida porque las familias no pueden asumir los costes económicos de sus contratos. "La clave está en que esa disponibilidad de servicios sea accesible a las familias", ha insistido Benavente, que ha reclamado que los precios que suponen la contratación legal de trabajadores para el cuidado de los niños y ancianos sean similares a los costes de la "economía informal". La clave está en que esa disponibilidad de servicios sea accesible a las familias Para ello, ha propuesto promover la figura del auto-emprendedor, que no tenga que tributar como autónomo hasta que no facture una cantidad determinada.
La economía sumergida es algo perjudicial para el país ya que no está dando beneficios al estado pero también se puede sacar algo positivo, y es que las cifras de paro es España son más bajas en realidad debido a que no se cuenta toda esta economía sumergida.
Manuel Aguilar Aragonés
1ºBSA
No hay comentarios:
Publicar un comentario