La lucha contra la corrupción
científica internacional avanza. Comenzamos dando la
enhorabuena. Ya está bien de privatizar la investigación y el conocimiento
público. Es indecente que la ciencia generada mediante dineros de todos se
publique en carísimas revistas privadas, librando de su lectura a
investigadores sin recursos o hurtando estipendios a organismos y universidades
con el fin pagar un dineral a quien no produce nada más que juzgar.

Si ayer fue
la Antártida hoy es el Everest, la región que lo rodea y, por ende,
el Himalaya entero. Esta vez es un estudio publicado
en The Cryosphere,
revista científica de acceso abierto.
Los glaciares del Himalaya en
general, y los de la región de Dudh Koshi en particular,
presentan desafíos supremos que ponen en riesgo su supervivencia. Se espera que
sean muy sensibles a las variaciones provocadas por el cambio climático.
La zona de Dudh Koshi, en
el centro de Nepal, acoge unos 410 km2 de glaciares y algunas de
las montañas más elevadas, incluyendo el Sagarmatha (Monte
Everest), Cho Oyu, Makalu, Lhotse y Nuptse.
El río Duth Kosi, llamado río de la leche, muere en el río Kosi, importante
afluente del Ganges. Proporciona una cuarta parte del potencial
hidroeléctrico de Nepal.
Un 25% de tal superficie
helada, toda por debajo de la cota 5.500, está cubierta por basura. Consiguen por tal hecho una velocidad de deshielo
menor que en las zonas limpias a causa del efecto aislante de la porquería
acumulada en su superficie.
Cruel paradoja. Después de
tal afirmación seguro que algún escéptico iluminado sugiere llenar de mierda el
resto de las capas heladas del planeta con el fin de detener su desaparición.
Incluyendo la Antártida, Groenlandia o el Ártico, inaugurando de esta manera
guarra geoingeniería de excelencia contrastada.
El clima de la región es
muy estacional, tanto en temperaturas como en precipitaciones. A 5.000
metros de altura las temperaturas medias diarias varían entre -7 y +10 ºC con
mínimos entre -25 y +10 ºC. Entre junio y septiembre, la época de los monzones,
la temperatura media a tal altitud es superior a 0 ºC con oscilaciones muy
reducidas. El 77% de las precipitaciones anuales caen en tal época. Otro 14% lo
hace entre marzo y mayo, y prácticamente nada una vez finaliza el monzón y el
subsiguiente invierno.
Un 80% de sus glaciares se
localizan entre los 5.000 y los 6.000 metros. Según los modelos, el incremento
previsto de las precipitaciones contribuirá a reducir la pérdida de masa
esperada debido a las variaciones en las temperaturas. La importancia de las
variaciones previstas en magnitud y la duración de los monzones podrían
ser menores de lo que se creía hasta ahora, lo cual no es ningún consuelo. No
compensará el volumen de deshielo previsto.
Es triste comprobar como
la contaminación y los desperdicios, las mismas externalidades tantas veces
denunciadas, han alcanzado el techo del mundo. ¿Qué queda sin contaminar? ¿No
merece una reflexión tal circunstancia?
En mi opinión, esta externalidad me parece bastante lamentable, ya que por culpa de las personas que quieren mercalizar la subida al Everest y que no tienen reparo a la hora de tirar toda la basura donde mejor les viene hace que las personas que realmente lo quieren disfrutar y la gente que viva allí lo pague, viendo todo el paisaje cubierto por basura.
Víctor López Diego 1ºBSA
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