Hace cinco año, Fitbit no era nada. Ahora, el fabricante de las pulseras electrónicas se estrena en Wall Street con una valoración inicial de 4.100 millones de dólares, tras colocarse sus acciones en el New York Stock Exchange a un precio de 20 dólares la unidad. Los inversores se echaron a correr para hacerse con una parte de su capital y eso provocó que arrancara con un alza superior al 55%. El estreno bursátil de Fitbit es el tercero más importante del año en el parqué neoyorquino. Prueba de la alta demanda por sus acciones es que la última banda de referencia de la oferta se fijó hace unos días entre los 17 y los 19 dólares, por debajo del precio al que se cerró la operación la tarde del miércoles. Se sacaron a la venta 36,6 millones de títulos, con lo que recaudará 732 millones. Tanta expectación se explica porque Fitbit es una marca muy reconocida, que se asocia a un producto muy singular. Pero también por sus resultados. En el primer trimestre tuvo ventas de 337 millones de dólares. Y encima, es rentable. Ganó 48 millones en el arranque de 2015. La compañía de San Francisco compite en el mercado de los “wearables” con Garmin y los Apple Watch.
Javier Sahuquillo 1º BSA
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