Pese a que la prestigiosa organización internacional se ha mostrado pesimista en lo relativo a la economía mundial durante los años 2016 y 2017, augurando malos datos para los países emergentes y en desarrollo con una desaceleración en la economía china, malas cifras para el sudeste asiático y una caída de la economía sudamericana, se muestra más optimista con sus previsiones de España, pronosticando un crecimiento del 2'7% en 2016 y del 2'3% en 2017.
La organización actualmente presidida por Christine Lagarde publicó sus datos después de ser publicados los resultados de las pasadas elecciones, con la dificultad para formar gobierno y acuerdos parlamentarios que resultó tras estas. La incertidumbre política (la cual disuade a los inversores) el menor porcentaje de crecimiento previsto para la economía china y el incierto precio que el petróleo tendrá durante los próximos años parecían ser señal de que la economía española no iba a mejorar. El FMI parece opinar lo contrario, aunque sus previsiones son algo menos optimistas que las del propio gobierno español. Ambos creen que el desconocido futuro político del país no debería afectar de manera significativa a la economía de este.
Si bien aún queda mucho tiempo para poder afirmar o negar con seguridad el acierto de la organización, lo que sí hemos podido comprobar es que pese a que la propia economía no parece haberse visto muy perjudicada por la situación política, dentro de lo cabría esperar, la economía especulativa española si ha sufrido un duro revés, pues los accionistas tienden a desconfiar de las empresas españolas hasta saber con mayor certeza cual será la futura legislación
Juan de Sus 1 BSC
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