domingo, 6 de marzo de 2016

Las empresas españolas ejercen la diplomacia en Latinoamérica

Noticia extraída del periódico digital elPais.com
http://economia.elpais.com/economia/2016/03/04/actualidad/1457114206_842020.html

El edificio de la nueva sede del BBVA en México, en su inauguración


Los empresarios españoles han aprendido a navegar solos del otro lado del Atlántico. Desde hace más de 25 años, cuando se inició el proceso de internacionalización en América Latina, vienen forjando una red de contactos de primer nivel gracias a los grandes flujos de dinero que han desembolsado en los distintos países de la región. El poderío que han logrado ha sido de tal envergadura que ya no les resulta imprescindible el apoyo institucional para acrecentar sus negocios y aumentar las relaciones en Latinoamérica. Ya se mueven con más habilidad que nunca.

Un reciente acto de Francisco González, presidente del BBVA, es ejemplo de ello. El empresario español fue uno de los primeros en desembarcar en tierras latinoamericanas, hace casi dos décadas. El pasado febrero inauguró en la Ciudad de México el edificio corporativo de la filial, el rascacielos más alto de la capital, fruto de una inversión de 600 millones de euros. La capacidad de convocatoria del ejecutivo quedó patente: logró reunir a la crème de la crème de la política y de la economía. Desde el presidente Enrique Peña Nieto, al gobernador del Banco Central, Agustín Carstens, pasando por el ministro de Hacienda, Luis Videgaray, y el alcalde de la ciudad, Miguel Ángel Mancera. El banquero ha aprendido a nadar como “pez en el agua” en un mar de políticos latinoamericanos, reconoce una fuente de la institución bancaria en México.

Terreno perdido

Rafael Grasa, profesor de relaciones internacionales de la Universidad Autónoma de Barcelona, asegura que “la diplomacia empresarial ha ido a una velocidad mucho mayor que las relaciones diplomáticas entre España y los diversos países de Latinoamérica”. La política exterior española, que hasta inicios de este siglo promovió con ahínco las inversiones en el exterior, ha perdido terreno y ha dejado en las manos de los privados la tarea de ensanchar los lazos comercialesy productivos al otro lado del continente, corrobora Alejandro Barón, analista independiente en economía política.

Una vez iniciado el Siglo XXI, el escenario cambió. América Latina ganaba peso en la economía mundial y se levantaba como un líder entre los países emergentes, gracias a la exuberancia que produjo el auge de las materias primas y a la resistencia que mostraba a la crisis mundial de ese entonces. A la par, la zona vivía el auge de gobiernos populistas, sobre todo en Sudamérica, que buscaban mirar hacia horizontes cada vez más lejos de España, expone Gorka Martija, analista del Observatorio de Multinacionales en América Latina (OMLA). “[La región] ha diversificado sus alianzas político-económicas internacionales, tratando de romper esa relación unívoca con España”, añade Martija.

El distanciamiento no ha sido unilateral. España también giraba la cabeza hacia objetivos más locales y trataba de consolidar su posición en el interior de la Unión Europea, concentrando su esfuerzo diplomático en Bruselas. Meta que se volvió prioritaria con el estallido de la crisis económica de 2008, dice Susanne Gratius, profesora de ciencia política y relaciones internacionales de la Universidad Autónoma de Madrid. Mientras se daba este alejamiento en las relaciones diplomáticas, las inversiones se fortalecían. “No ha habido una correlación directa entre la menor importancia de España en el terreno político [latinoamericano] y un supuesto decrecimiento de su presencia económica en América Latina”, afirma Barón.


Comentario: España debería centrarse más en la política exterior para conseguir mejores relaciones internacionales, ya que unas mejores relaciones facilitarían nuevas inversiones privadas entre los países.


Alba Bardají Soriano 1ºBSC


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