miércoles, 18 de marzo de 2015

El sector público de España necesita el mayor ajuste del mundo

Entre 2007 y 2014, la deuda pública creció el equivalente al 92% del PIB. Sólo en Irlanda subió más. Familias y empresas sí se apretaron el cinturón.

La austeridad no es como nos la habían contado. Desde hace siete años, cualquier político español que aparece en televisión se pasa un buen rato explicando por qué, a pesar de todas sus buenas intenciones, no ha tenido más remedio que aplicar recortes en el gasto público.
La diferencia llegará a la hora de buscar culpables: unos acusarán al anterior Gobierno (por haber dejado unas cuentas insostenibles), otros al PP (que quiere cargarse lo público), los de más allá a Alemania y Merkel (que odia a los países del sur de Europa) y habrá quien se acuerde del Banco Central Europeo (por no haber imitado antes a la FED con sus políticas de estímulo). Pero el diagnóstico de todos los partidos coincidirá en un punto: en esta crisis, el sector público ha realizado un ajuste sin precedentes.
Pues bien, según los datos del Fondo Monetario Internacional recogidos por McKinsey Global Institute en su informe Debt and (not much) deleveraging, las administraciones públicas españolas son las segundas que más han aumentado su deuda entre 2007 y 2014. Sólo Irlanda nos supera y hay que recordar que el país celta disparó sus números rojos no por incrementos de gasto corriente, sino a raíz del rescate a sus bancos, una única decisión que terminó con el rescate de la UE.
Como puede verse en el siguiente gráfico, España es uno de los países en el que la deuda total (pública y privada) ha subido más en relación con el PIB en el período 2007-2014. Esto es muy peligroso para cualquier país, entre otras cosas porque le pone en manos de sus acreedores extranjeros.
Del mismo modo que para una familia o una empresa no es sano estar sobreendeudado, para un país estar entre los más endeudados del mundo es muy delicado. No quiere decir que vaya a quebrar, pero tendrá que acometer medidas para hacer frente a sus compromisos (y por lo tanto, tendrá que dejar de gastar para pagar aquellas obligaciones).
Cambio ratio deuda total /PIB 2007 - 2014
Pero este incremento de la deuda total no se ha repartido de la misma manera entre todos los agentes. En la siguiente tabla, puede verse la ratio actual de deuda sobre el PIB, cómo ha variado entre 2007 y 2014 y cómo se reparte este cambio entre sector público, hogares y empresas. Pues bien, en la columna Government destaca el caso de España (+92% del PIB).
Nuestra cifra es la segunda más elevada de esta columna tras la de Irlanda. Incluso, superamos a Grecia y Portugal. Nuestros políticos, que tanto han presumido de austeros o que tanto se han quejado de los recortes que en teoría se han visto obligados a aplicar, en realidad han disparado la deuda pública.
En sentido contrario, también destacan nuestros datos en las columnasCorporate (empresas) y Household (familias). En ambos casos, España tiene cifras negativas (-14 y -6 respectivamente). Lo que quiere decir que el sector privado se ha desapalancado en el equivalente a 20 puntos del PIB desde que comenzó la crisis.
Evidentemente, para familias y empresas no ha sido nada fácil acometer este proceso de pago de deudas. Durante la crisis, sólo cinco países han visto a su sector privado reducir la carga de la deuda: Estados Unidos, Irlanda, Reino Unido, España y Alemania.
Posibles soluciones: 
1. Ajuste fiscal y de gasto. La primera forma de reducir el déficit (o generar superávit) y así bajar la ratio de deuda pública sobre el PIB es la más evidente: incrementar los ingresos de las administraciones y reducir sus gastos. El problema es que España está en una pésima situación de partida. Como puede verse en el siguiente gráfico, que mide el agujero en términos de balance primario (déficit público sin contar el pago de intereses), nuestro país es el que necesita un mayor ajuste de las cuentas públicas. Según los cálculos de McKinsey, en estos momentos tenemos un déficit primario del 2,3% y necesitaríamos un superávit del 2,6%. O lo que es lo mismo, necesitamos un ajuste equivalente a casi cinco puntos del PIB.
2. Crecimiento económico y reformas. Ésta sería la alternativa menos dolorosa. Si un país logra un fuerte crecimiento económico por la vía de incrementos de la productividad, conseguiría que los impuestos se disparasen simplemente por los mayores beneficios de sus empresas y la subida de los ingresos de las familias.
3. Ingresos excepcionales: a partir de aquí llegan las soluciones menos convencionales. Para empezar, los autores del informe apuntan a la posibilidad de encontrar ingresos puntuales: "Ventas de activos públicos, privatización parcial o total de empresas públicas, ventas de terrenos, impuestos de una sola vez (por ejemplo, a los súper-ricos)". Eso sí, también reconocen que serían medidas políticamente complicadas de aprobar.
4. "Incrementar la inflación". Para hacer más sencillo el pago de la deuda e incrementar el PIB nominal (el denominador del ratio deuda pública / PIB). El problema es que esta decisión, además de muy peligrosa, no está en manos del Gobierno, sino del BCE y el resto de los socios de la Eurozona.
5. Reestructurar la deuda soberana. La preferida por los nuevos partidos que han entrado en escena en los últimos años, de Syriza a Podemos. De nuevo, es una alternativa que necesitaría el visto bueno de la Eurozona (sin visto bueno, supondría la expulsión del euro) y las consecuencias para la economía española sería muy importantes. Para empezar, una reestructuración unilateral supondría el cierre inmediato de los mercados de deuda y la obligación de acabar con el déficit de un plumazo. Si no pagas, no te prestan y no puedes gastar ni un euro más de lo que ganas.
6. "Repensar el papel de la deuda en los bancos centrales". Es la alternativa más extraña. Requeriría también del acuerdo del BCE y las consecuencias no serían fáciles de calcular. Los autores de McKinsey apuntan a tres opciones: cancelar las deudas, empezar a contar el ratio deuda/pib sin tener en cuenta estos bonos o sustituir estas obligaciones por bonos perpetuos sin cupón. Parece sencillo cuando se lee por primera vez, apenas un tecnicismo contable aplicado en los balances de los bancos centrales, pero se parece mucho a hacerse trampas al solitario.
En esta noticia podemos ver como en los últimos siete años ha crecido la deuda de España un 92%, lo cual quiere decir que somos uno de los países de la UE más endeudado. Aunque la situación no es muy grave, si que es preocupante, por que este sobre endeudamiento traerá consecuencias en la economía del país, además de depender de nuestros acreedores. También puede verse que si bien el sector público está muy bien endeudado, las economías de las familias, es decir, el sector privado, no lo está tanto, lo que tiene como conclusión que el estado no ha hecho sus deberes para reducir el nivel de endeudamiento. También se proponen una serie de soluciones; como por ejemplo, el ajuste fiscal y el gasto, las reformas económicas, que serían más dolorosas para los ciudadanos. Por otra parte, también se propone reestructurar la deuda soberana que no llevaría tanto coste para los ciudadanos. Todo esto es muy peligroso por que la deuda casi está alcanzado el PIB de nuestro país.
Carlota Pijierro González 1ºBSB


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