lunes, 2 de marzo de 2015

Moderación salarial.
Antonio Argandoña, profesor de Economía del IESE Business School, cree que los salarios deben moverse en función de la productividad de los sectores y de la cualificación del factor trabajo. Subir los salarios en sectores de poca cualificación podría ser desastroso para los trabajadores: "Podría suponer que no lleguen a encontrar nuevos empleos".
 Estos trabajadores que sufren una elevada rigidez salarial por su escasa cualificación deben percibir unos salarios que "se complementen con formación, experiencia, reducción de otros costes para las empresas y mejora de los ingresos mediante el Estado de Bienestar". En cuanto a los jóvenes, hay que intentar que sus salarios suban igual de rápido que su aprendizaje y según se vaya conociendo la productividad del empleado.

 Al comienzo de la crisis, el mercado laboral en España se caracterizó por despedir a los empleados. Lo más justo y eficaz hubiera sido la moderación salarial del conjunto de los trabajadores para evitar una destrucción de empleo como la que se produjo al comienzo de la crisis.

Y es que mantener los salarios estables, con precios decrecientes, es aumentar los salarios reales y los ingresos de las familias y, por tanto, el consumo", de modo que aunque los salarios nominales no suban las familias si pueden comprar más bienes y servicios.
Sólo después, cuando la crisis se acentuó, empezó la moderación salarial, una de cuyas consecuencias ha sido la recuperación del empleo que ahora estamos viendo.

En mi opinión: España debería haber seguido el ejemplo de otros países en los que al comienzo de la crisis se bajaron los salarios, pero se mantuvo el empleo; nosotros no bajamos los salarios y destruimos empleo. De ahí las elevadas cifras de paro de nuestro país.
  
RAQUEL GRACIA CONESA 
              1ºBSB

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